Tengo talentos que no valen ni cobre

Brevísima aclaración para el eventual lector: 

La sonoridad de las palabras en un texto es, para mí, casi tan importante como su contenido. Mejor dicho, hace a la conformación del mismo ya que forma parte no solo del estilo del autor sino que constituye también la impronta de quien lo interpreta.
De aquí en más mis textos o los textos que recoja serán acompañados eventualmente por su lectura con la intención de subsanar aquel vacío.


Tengo talentos que no valen ni cobre

No puedo mantener una conversación sin mirar  de vez en cuando al techo
Ni puedo bailar sin detenerme a ver las luces que cambian todo el tiempo
No puedo caminar sin olvidar dónde me encuentro
Ni  puedo recordar el rumbo correcto
No puedo evitar perder aquello que he guardado
Ni puedo intentar recuperarlo

Pero puedo reconocer la sinceridad de una sonrisa
Puedo leer el dolor de los cuerpos
Puedo consolar al río cuando está triste
Puedo imaginar bailarinas en miniatura danzando sobre las ramas de un árbol
Puedo perderme en el reflejo de la luna
Y puedo bautizar cada gota de llovizna
Puedo esconderme de mi sombra
Puedo imaginar que el tiempo no existe
Puedo relatar que dicen las estrellas en las noches de luna llena
Puedo escurrirme entre la lluvia
E incluso puedo  decirte  qué color tienen los sueños


No puedo, pero puedo mucho más.



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