Lo que está a mí alrededor vomita
Las luces tiemblan
El sopor, la ansiedad y la angustia como nudo de bilis dentro
El silencio acalambrado
Las paredes inmundas sudan el finito
Y mi voz ronca al pronunciar palabras mudas
Sangre, vísceras, condena.
Es sólo muerte que llueve el tiempo en fragmentos como añicos
En la oscuridad sombras que se mueven
Y yo desde lo más hediendo, retorcida en una esquina
Esquina de contorsiones y espasmos
Te veo
Desde ahí te veo
Casi te veo
Creo que te veo
Con el último hálito empapado de barro y lágrimas, extiendo la mano
Incurable, te pierdo
La razón me olvida
El otro que llevo por la espalda me jala
“Es tarde” dice
La oscuridad es mía
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