El
sufrido portador del cielo parece estar cansado en el teatro de la cosmogonía.
Y es que
la bóveda nocturna ha duplicado su peso oscuro,
Suplicas
telúricas descansan sobre sus pies,
Ronquidos
celestes le impiden oír,
El suelo
de todos los suelos no es más que el vestíbulo del universo,
No hay
tierra en el cosmos,
Sólo Tierra
en la Tierra,
El
portador sufre la destrucción astronómica del cielo,
Un mero efecto
óptico en el vals de los planetas.
Las instrucciones
de antaño ya no se pueden leer,
La bóveda
toma una bocanada de aire,
Y en una
exhalación desprende constelaciones enteras,
Al
portador, ya no le quedan brazos para alcanzarla,
Se ha
vuelto colosal e inmensa,
Bajo su
peso, la ceguera es necesaria,
Percibe
el engaño cósmico,
El cielo
se derrumba y se expande,
Oye los
escombros de astros al caer,
Ahora
sabe que sólo tiene del cielo lo que le transmite su peso,
Suelta
los músculos y se despide,
No siente
su peso, jamás lo tuvo,
Se
distiende en lo negro,
El
portador del cielo sale hacia bambalinas.
Los actores
se retiran.
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